Texto: Sarai Pulido EnríquezImágen: revólver
El pasado 2 de mayo el mundo despertó con la noticia de la muerte de Osama Bin Laden, el terrorista más buscado en el mundo fue abatido en un tiroteo durante la operación “Jerónimo”; implantada por el Presidente Estadounidense Barack Obama y ejecutada por la milicia de élite (Navy Seals) del mismo país cerrando de esta manera un ciclo de 10 años de búsqueda.
Tras la noticia de su muerte, inmediatamente los medios de comunicación empezaron a bombardearnos con titulares y noticias donde se le informaba a la sociedad que en sus últimos minutos de vida Osama había utilizado a su esposa como escudo humano, otra versión es que fue asesinado delante de su familia y quizás las más popular fue una fotografía que empezó a circular en internet donde se exponía el supuesto cadáver del terrorista, hecho que días después fue desmentido y se supo que la supuesta fotografía había sido alterada por medio de photoshop y que las demás versiones solo fueron mentira. Acto seguido, la Casa Blanca comunicó a la sociedad mundial que el cuerpo de Bin Laden había sido arrojado al mar como lo dicta la tradición islámica sin embargo los expertos argumentaron que se habían violado los ritos de la rama suní por lo tanto son muchas las contradicciones en la información que el gobierno estadounidense ha dado a conocer y muy pocas las pruebas factibles que el mundo realmente conoce, entonces, ¿Bin Laden realmente esta muerto? y si es así ¿este triunfo estadounidense traerá repercusiones sociales? Al parecer si, ya que en estos días diversas amenazas se han hecho públicas en la red de Al Qaeda afirmando que la sangre de su líder no había sido derramada en vano, por lo tanto, sus seguidores han adoptado a Bin Laden como su mártir aumentando su deseo de lucha social.
Aunque todavía es pronto para extraer conclusiones sobre el significado y consecuencias de la muerte de Bin Laden, ¿qué obtiene Obama al reafirmar una y otra vez que el terrorista ha muerto? Quizás resarcir el sentimiento patriótico y la confianza que durante años los estadounidenses tuvieron lastimado y de manera indirecta asegurar una reelección, es decir, si Obama había afianzado su lugar en la historia como el primer presidente afroamericano en EU, ahora será mayormente recordado como el presidente que eliminó al terrorista que durante años sembró temor en la unión americana.
Mas sin embargo como digieran los cuentos de Disney “Y este cuento... aun no ha acabado” pues tras la muerte de Bin Laden, el ejercito estadounidense se dio a la tarea de inspeccionar la residencia que perteneciera al terrorista, encontrando su diario personal donde plasmaba ideas de próximos ataques a infraestructuras ferroviarias, a ciudades como Los Ángeles o cálculos sobre a cuántos americanos habría que matar en un ataque para que fuera efectivo
Tras la noticia de su muerte, inmediatamente los medios de comunicación empezaron a bombardearnos con titulares y noticias donde se le informaba a la sociedad que en sus últimos minutos de vida Osama había utilizado a su esposa como escudo humano, otra versión es que fue asesinado delante de su familia y quizás las más popular fue una fotografía que empezó a circular en internet donde se exponía el supuesto cadáver del terrorista, hecho que días después fue desmentido y se supo que la supuesta fotografía había sido alterada por medio de photoshop y que las demás versiones solo fueron mentira. Acto seguido, la Casa Blanca comunicó a la sociedad mundial que el cuerpo de Bin Laden había sido arrojado al mar como lo dicta la tradición islámica sin embargo los expertos argumentaron que se habían violado los ritos de la rama suní por lo tanto son muchas las contradicciones en la información que el gobierno estadounidense ha dado a conocer y muy pocas las pruebas factibles que el mundo realmente conoce, entonces, ¿Bin Laden realmente esta muerto? y si es así ¿este triunfo estadounidense traerá repercusiones sociales? Al parecer si, ya que en estos días diversas amenazas se han hecho públicas en la red de Al Qaeda afirmando que la sangre de su líder no había sido derramada en vano, por lo tanto, sus seguidores han adoptado a Bin Laden como su mártir aumentando su deseo de lucha social.
Aunque todavía es pronto para extraer conclusiones sobre el significado y consecuencias de la muerte de Bin Laden, ¿qué obtiene Obama al reafirmar una y otra vez que el terrorista ha muerto? Quizás resarcir el sentimiento patriótico y la confianza que durante años los estadounidenses tuvieron lastimado y de manera indirecta asegurar una reelección, es decir, si Obama había afianzado su lugar en la historia como el primer presidente afroamericano en EU, ahora será mayormente recordado como el presidente que eliminó al terrorista que durante años sembró temor en la unión americana.
Mas sin embargo como digieran los cuentos de Disney “Y este cuento... aun no ha acabado” pues tras la muerte de Bin Laden, el ejercito estadounidense se dio a la tarea de inspeccionar la residencia que perteneciera al terrorista, encontrando su diario personal donde plasmaba ideas de próximos ataques a infraestructuras ferroviarias, a ciudades como Los Ángeles o cálculos sobre a cuántos americanos habría que matar en un ataque para que fuera efectivo
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