Miriam García Camacho
En las casas la cocina es un lugar preferente para tener una conversación con la familia, cuando llegan a la casa que normalmente es a la hora de la comida, van llegando y se va juntando la familia, y por lo regular terminan platicando en la cocina, por que es ahí donde esta la mamá, pero se esta perdiendo esa costumbre; la televisión ha sido un elemento importantísimo para alejarnos o dividirnos en la familia, porque cada quien llega a ver su programa preferido, no a probar su platillo favorito, y entonces dice ya empezó mi programa favorito, toma su plato y se va, y la mamá le dice: “oye no te vayas estamos platicando”, no pero se me pasa mi novela… entonces realmente se pierde.
La dedicación es la base para todo, son metas que uno se forma; yo dije que quería tener los mejores almuerzos de Toluca, los he tenido y los sigo teniendo. Mi sazón no ha cambiado, es exactamente como lo hacía mi mamá, yo creó que él sazón no se hereda, ese se tiene aquí en la mano.
La gastronomía me ha dejado toda la experiencia, una experiencia muy propia, con éxito y alegría difícil de compartir, cuando estoy haciendo algo pienso en que le guste al cliente, no que me guste a mí. Me hubiera gustado cambiar de mi vida y de mi trabajo… yo soy como me ven los demás, es como yo me veo, con mucho cariño, con un apapacho de verdad lindo.
A mí me ven en el mercado, yo escojo mis cosas, mis quelites, voy, corro, subo, bajo, me llevo con el de la fruta, con el de la verdura, cargo mi camioneta y me vengo, llego y les entrego todo en la cocina, y les digo, vamos hacer esto, vamos hacer el otro; a veces la gente que llega piensa que voy llegando y les digo: no, yo cuando me siento es porque ya tengo rato trabajando. “Yo voy al mercado porque quiero”, no me gusta delegar, a mí me gusta preparar y hacer las cosas. Nunca me voy a lo barato, jamás, siempre escojo lo mejor.
Nadie en Toluca hace lo que yo hago; preparar un platón con una variedad de frutas (manzana, mango, pera, ciruela, chabacano, durazno, uva, pitaya), aparte de la que se pone, es un cariñito que yo les doy, si le llevo el platón a su mesa, además de la fruta que está comiendo se sirven unas rebanaditas de algo, ahí va el cariñito, nada más, eso es algo que no hace nadie, es algo que me nace. Con estos últimos comentarios concluye la entrevista.
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