Ilustración: Karlos Velazquez
1.- La alternancia de partidos en el país ha sido un fracaso a partir del proceso de transición que vivió México en el que el PAN arribó a la Presidencia el 2 de julio del 2000.
2.- Si bien, concluir con el régimen del PRI fue un hecho histórico de gran trascendencia, a 10 años del “cambio”, la sociedad está desilusionada de un partido que prometió y aseguró tener la capacidad para resolver los problemas del país en menos de 15 minutos.
3.- Nuestro país después de ser ejemplo de transición pacífica a la democracia, camina por una etapa de retroceso en la que se ha degradado la confianza y la esperanza de vivir de millones de mexicanos por la ineptitud en la toma de decisiones.
4.- La elección del 2000 distribuyó el poder, pero no transformó las instituciones políticas que lo ejercen como tanto se había juzgado.
5.- No fue una transición pactada ni que haya modificado las bases fundacionales del Estado mexicano.
6.- El partido en el gobierno ha demostrado estar dispuesto a recurrir a los peores métodos con tal de mantener el poder por el poder, situación que no corresponde a una democracia y que por muchos años criticó.
7.- El PAN del 2000, o el de 1939, o el de 2006 y 2010, es un partido distinto que enfrenta la incapacidad de ofrecer una alternativa que convenza y demuestre tener un mejor proyecto.
8.- Desde el Gobierno se ha resuelto menos de lo que se esperaba en cuanto a la reforma fiscal, la viabilidad de la industria petrolera, los migrantes, la crisis social y educativa.
9.-El cambio democrático de alternancia no se ha complementado con reformas fundamentales para que quienes lleguen al poder público lo ejerzan con responsabilidad, rindan cuentas y generen gobiernos eficaces.
10.- El panorama es más que incierto, hoy a tan sólo 10 años de distancia se ha pasado de la esperanza al enojo al enfrentar la mayor hecatombe de desempleo, se duplicaron los mexicanos que viven en pobreza extrema, catástrofe en materia de desarrollo social, de educación y ya no digamos en el terreno de la inseguridad donde nuestro país ocupa el primer lugar mundial en secuestros además de tener más muertes en una semana de las que se generan en Beirut o en Kabul.
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