Nacida en Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais, hija de un inmigrante búlgaro y una maestra brasileña; se ha desempeñado como alcalde de Puerto Alegre para ocupar la Secretaría de la Hacienda del Municipio. A principio de los años 90’s, Dilma presidió la Fundación de Economía y Estadística. En 2003, durante el primer mandato de Luiz Inácio Lula Da Silva, asumió el ministerio de Energía y ocupó la jefatura de Gabinete del Gobierno en junio de 2005. Tras ser intervenida en 2009 de un cáncer linfático Rousseff siguió su actividad política, elegida por el propio Lula, para postularse a su sucesión.
En cambio su juventud vivida en los 60´s fue menos ortodoxa, pasó más de dos años encarcelada y fue torturada por integrar movimientos clandestinos que luchaban contra la dictadura militar en Brasil. En 2008 explicó a la revista Istoe, que como prisionera a menudo era atada al tristemente famoso “percha del perico”, un aparato de tortura utilizado por la policía militar brasileña, en el que la víctima es suspendida entre dos plataformas metálicas. “Ellas me dieron choques eléctricos, muchísimos choques eléctricos”, detalló a Istoe. “Comencé a sangrar, pero resistí. No les dije ni siquiera en donde vivía”, dijo.
En los últimos años del régimen, Rousseff luchó por la amnistía para los ciudadanos que habían perdido sus derechos civiles y habían sido perseguidos por el gobierno, participando en la fundación del Partido Laborista Democrático (PDT) en el sur del país.
La ahora presidenta indicó que trabajará para defender y respetar la constitución, así como también para promover el bien común del pueblo carioca, la mandataria dejó en claro la continuidad de la política gubernamental de su antecesor Lula Da Silva en diversas áreas, haciendo un llamado a una reforma del código tributario, aseguró que su gobierno mantendrá la estabilidad del país, en las finanzas y continuará con el fortalecimiento de las reservas internacionales como se ha venido manejando, enfocándose a erradicar la extrema pobreza.
Actualmente divorciada y madre de una hija, Dilma Rousseff se une a una larga lista de mujeres que han gobernado el sur de nuestro continente: Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, Laura Chinchilla en Costa Rica, Michelle Bachelet quien recientemente entregó la presidencia de Chile; sin olvidar a Violeta Barrios de Chamorro quien se convirtió en 1990 en la primera mujer presidenta electa democráticamente en Nicaragua, o María Estela Martínez de Perón, conocida popularmente como Isabel Perón, quien fue la primera mujer mandataria en Latinoamérica, al asumir el poder en su condición de vicepresidenta de Argentina en 1974.
La pregunta resultante es doble: ¿Está México preparado para ser gobernado por una mujer?, y la otra ¿Existe en México una mujer preparada para gobernarnos?
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